Los dos son mis ídolos, mis héroes con diferencia cada uno en su especialidad: Raúl es mi ídolo del fútbol y Dylan, de la música. Pienso que sus parejas son tías con suerte, las dos me caen bien. Bueno, la verdad es que esto no ha sido así siempre. En otras ocasiones, ya he dicho que mi amor de adolescente fue Raúl, pero el día que se casó me llevé una de las mayores decepciones de mi vida. Eso ya es pasado, aunque a veces parezca mentira. No debería decirlo porque quiero ser periodista y los periodistas tenemos que ser imparciales, pero bueno, por ser este mi blog, estamos en familia y voy a decir lo obvio: soy raulista. Sí, yo fui una de esas tantas personas que reivindicó para la Eurocopa la vuelta de Raúl a la Selección. Hay quien sabe lo seguidora que soy yo del "siete", sobre todo, recordando lo enamoradísima que estaba de él cuando tenía trece años, pero bueno, yo quería que Raúl volviera a ser internacional porque pienso que es el mejor futbolista de España, lo otro es pura anécdota. También me gustaban los Backstreet Boys y en ningún momento se me ha ocurrido reivindicar "¡Nick Carter Selección!" Madre de Dios, me pongo a pensar y no sé ya qué es lo que no he contado ya de Raúl no solo en este blog, sino en mi espacio, en You Tube, en mi diario y todo lugar donde voy dejando huella por escrito. Miento, todavía me queda por contar un sueño a medias que he tenido con Raúl (despierta, no durmiendo): Anteayer leí en la página de Marca que los lectores podrían entrevistar a Raúl. Dentro de poco tendré que hacer una entrevista de perfil para las clases de Redacción Periodística II. Me gustaría hacérsela a Almudena Cid, pero bueno, la idea de Raúl tampoco está nada mal, ¿no? Las entrevistas se pueden hacer de muchas maneras: cara a cara, por teléfono, por mns, por correo electrónico... ¿por qué no se van a poder hacer mediante una charla de Marca? Si pudiera poner en mi curriculum que he entrevistado a Raúl, me comería el mundo. Y si Raúl contestase a unas cuantas preguntas que me hacen falta para mi proyecto de Teoría General de la Información, entonces ya sí que me puedo considerar una reina. Sin embargo, lo que me ha pasado no es precisamente lo mejor para contar en un curriculum. Estoy segura de que, de las cinco pregunta que le envié, alguna habrá caído y Raúl me la habrá contestado, pero no lo sé. Se podía seguir la retransmisión en directo a través de la página de Marca, pero no me pude descargar el pluggin que me hacía falta y no pude verla. Las preguntas que salieron en el telediario fueron muy generales, lo mismo podía ser una mía, lo mismo no. Al día siguiente, me compré el Marca y tampoco venían las preguntas que le hicieron los internautas. Y en la página web no viene en la sección de charlas. ¿Sabéis lo que es ignorar si mi ídolo ha contestado o no las preguntas que yo le formulé de la manera más profesional posible? Sé que fueron buenas preguntas, aunque a la vez se notaba que en el fondo le estaba haciendo reverencias a esa gran leyenda blanca en activo que es Raúl: ¿se nota?
Dylan Ferro... nunca me ha gustado físicamente, creo que soy la única tía que piensa así. De todas maneras, sí que le veo que tiene su encanto: es súper gracioso, canta estupendamente, se mete al público en el bolsillo como quiere... A mí me gusta como cantante y eso sí que se le da muy bien. Pienso que a Dylan hay que conocerlo más allá de su voz. Hasta ahora, no puedo decir nada malo de él porque siempre me ha tratado muy bien, además de que se tiene el Cielo ganado, porque aguantar mis desesperantes gritos en cada concierto... He tenido la gran suerte de poderlo entrevistar vez y media. ¿Por qué digo esto de "vez y media"? La primera vez lo entrevisté por teléfono y la publiqué en Granada Digital:
http://granadadigital.com/index.php/cultura/7-general/139516-isabel-arroyo
En cuanto a la siguiente vez... Ha sido todo muy reciente. Yo quería entrevistar a Taxi coincidiendo con su concierto a la sala Mae West de Granada, pero la "simpática" de la relaciones públicas me advirtió de que no podría hacerlo. Hace un año, le dije a mi compañero Emilio, que tiene una bodega, que si venía Taxi a Granada, les iba a regalar a sus componentes unos vinos de su bodega. Y así lo hice. En la puerta de Mae West pone que está prohibido hacer fotos durante los conciertos. Si no dejan entrar cámaras de fotos, ¿cómo van a dejar entrar botellas de vino? No pasa nada, para eso tengo el teléfono de Dylan. Lo llamo para preguntarle que dónde puedo darle el regalo porque en la Mae no me lo van a dejar entrar y ya está. Emilio está conmigo a la hora de llamar a Dylan y a mí me tiembla la mano, pero es mejor que lo disimule. Lo llamo y me dice: "¡Qué pasa, Isabelita! ¿Cómo andamos?" Mira que a mí no me gusta que nadie de Santaella me llame Isabelita, pero me lo dijo Dylan y a mí me encantó. Es lo que me dijo Mónica después: Aunque te llames Paca, en la voz de Dylan Ferro suena precioso. El llanito me asegura que a las tres de la tarde no hay ningún vigilante en la Mae, así que me cita para esa hora. Estoy hablando con él y Emilio me pide que se lo pase al teléfono. Entonces, me propone que le haga una entrevista, que viene él conmigo y luego se la enviamos a todos los medios de Granada para promocionar a Taxi y a su bodega. Y vaya si se la hacemos. Si es que en lo que se empeñen en hacer un publicista y una súper fan de Taxi... no lo puede impedir nigún "malafollá" de la Mae West ni nadie. A la hora de hacer la entrevista, corría el riesgo de perder la primera fila en el concierto, así que me dijeron Emilio y Álvaro que me fuera a pillar mi sagrada primera fila, que ellos le harían la entrevista y luego pondrían mi nombre. A Emilio le dijeron los del Granada Hoy que la entrevista se iba a publicar el domingo, pero después de que me gasto un dineral en periódicos, la entrevista no viene. Emilio me dijo que había salido en Radio Cúllar, pero yo no la escuché. Tampoco he visto a Emilio por el mns para pedirle la grabación, así que volvemos a lo mismo: resulta que le he hecho una entrevista a Taxi y ni siquiera sé lo que me han contestado.
Hay que ver, que mi intención no era escribir de esta manera y me ha salido así, en plan diario. Bueno, por lo menos he hablado de una cosa que tienen Raúl y Dylan Ferro en común: mis entrevistas a medias. Y es que a mí, como buena aspirante a periodista, me encanta hacer entrevistas, pero si encima se las hago a mis ídolos, ni os cuento. Me salen las preguntas del alma, se las hago con todo el cariño del mundo, jamás se me ocurriría hacerles una pregunta ofensiva. Y es que las preguntas se escriben y a mí no hay otra cosa en el mundo que me guste más que escribir. Pero para ello, siempre tengo que tener a alguien que me inspire. Lo mismo pasa a la hora de hacer pequeños videomontajes para colgarlos en You Tube. Si no hay alguien que me de la inspiración y que yo piense que merece ser homenajeado, no hay nada que hacer. En el caso de las canciones y las poesías soy bastante especial, porque no tengo dos poemas inspirados en el mismo hombre (dicho esto así, parece que soy muy romancera, ¿no? Las apariencias engañan). En cambio, con Raúl y con Dylan Ferro, todo es diferente. No tengo novio, pero no creo que ningún novio pueda darme la inspiración que me dan estos dos hombres. Que conste que no se trata de ningún amor desesperante (apañada iría yo si estuviera enamorada de dos personas a la vez), es más, no quisiera enamorarme de ninguno de los dos. Simplemente es la alegría de que me hagan disfrutar de dos de mis grandes aficiones: el deporte y la música. Tengo algo especial con ellos dos, tienen algo de especial dentro de mí que no lo tienen el resto de los hombres del mundo. Yo miro una foto de Raúl o de Dylan y me viene la inspiración para escribir blogs, noticias, entrevistas, historias, hacer vídeos con el título perfecto... Aún no he terminado un escrito o un vídeo inspirándome en ellos y ya tengo otro en la cabeza, de hecho, en mi próxima entrada de este blog, también aparecerá Dylan. Al principio de esta entrada, decía que tanto Mamen como Ana, la mujer de Raúl y la novia de Dylan respectivamente, me caen bien. No es para menos. Raúl marca un gol y se besa el anillo de compromiso. Tengo que reconocer que a mí me gusta más cuando marca gol y se señala el nombre en su camiseta. Y cuando mandó a callar al Camp Nou... eso sí que fue buenísimo, Raúl me parece un tío muy listo. Volviendo al tema del anillo de compromiso, ¿se inspirará Raúl en Mamen cada vez que marca gol? Si fuera así, creo que los madridistas tendríamos que estar todos besándole los pies a Mamen Sanz, porque menudas obras de arte que marca Raúl siendo ella la musa. ¿Y Dylan con Ana? Creo que con estas líneas, me va a salir a mí la vena maruja, pero pensar en que Dylan al mirar a su chica se inspira a la hora de componer canciones y luego las canta en sus discos y en sus conciertos llenando de felicidad los corazones de todos sus fans... Bueno, al final no me ha salido tan marujón como yo creía. Que conste que yo no estoy en la cabeza de Raúl ni en la cabeza de Dylan Ferro y no sé en qué pensarán a la hora de hacer su trabajo, pero es bonito imaginarse que el amor los empuja a ser tan grandes como son (esto ya sí que me ha quedado marujo). Ya veis que no miento al decir que ahora mismo no estoy enamorada de ellos (de Raúl lo estuve en su día, de Dylan, hasta ahora, nunca), porque si me gustaran, seguro que diría de sus parejas cosas feas. Antes he dicho que en estos casos el amor es bonito, ¿no? Pues en parte miento. No es amor lo que yo siento por estos dos hombres, pero sí pasión. Una pasión que me hace feliz, que me hace evadirme, que me hace que siga siendo yo. Y es así como ellos me hacen ver el lado positivo de que exista la imaginación y la admiración a aquellas personas que nacen para que nuestra cultura no desaparezca.
Esta entrada se la dedico a dos poemas: uno se llama Raúl y el otro, Dylan.
Lo quevescribes es genial.. Veo que ha pasado mucho desde que escribiste esto, pero hoy me ha aparecido en Google haciendo una búsqueda marujil sobre Dylan. Entiendo perfectamente lo que sientes, pues me pasa lo mismo con Dylan, desde que oí por primera vez su voz.. En un día curiosamente agridulce de mi adolescencia. Y desde entonces, su voz y sus canciones han acompañado cada momento de mi vida. Y me pregunto cuándo podré volver a escucharle? De momento me consuelo cantando a dúo con mi hija de 6 años, la fan más precoz posiblemente (debió de metersele en el ADN cuando estaba en la tripa y mamá escuchaba y cantaba las canciones de Taxi compulsivamente jajajaja). Ojalá sigas teniendo la suerte de entrevistarle y yo, al menos, de leer sus palabras a través de tus letras. Un abrazo!!
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