
Cuando yo era adolescente y escribía historias, me gustaba ponerme a mí misma como personaje secundario dentro de mis relatos. Solía ser amiga de la protagonista o de otro personaje secundario y mis diálogos decían cosas sacadas íntegramente de la realidad. Recuerdo el relato de "Nadie como respuesta", donde la protagonista era Lluvia, una chica que, como todos mis personajes, en algunas cosas se parece a mí y en otras me lleva la contraria por completo. Si había algo esencial que nos distinguía a Lluvia y a mí es que a mí me encantaban los Backstreet Boys y ella daba dinero con tal de no verlos. Ese libro era muy interesante si lo leías en profundidad y me conocías, entonces se te caía el alma. No llegué a terminarlo e incluso a día de hoy, aún no me queda bien claro el final, pero sí que había una parte donde aparecían los Backstreet Boys. Nunca llegué a escribir esta trama, pero había una escena donde íbamos en coche hablando de ellos y yo decía algo así como que tenía quince años y al tener una vida tan corta y al haberme venido tan recientemente de Badajoz, donde escuchaba al quinteto de Orlando con mis amigas, los Backstreet Boys formaban parte de mi vida y me producían melancolía.
No sería plan de contar todas mis peripecias de aquella época en la que me gustaban los Backstreet Boys, solo decir que fui una de esas chicas a las que les tocó pasar por la adolescencia entre 1996 y 2000 (creo que mi edad del pavo comenzó la segunda quincena del mes de enero de 1997 porque antes solo me gustaba jugar a las muñecas y no me gustaban los tíos), así que soy de aquella generación que admiraba a los chicos de moda de aquel momento: Nick Carter, Brian Littrell, Kevin Richardson, A.J. Mc Lean y Howie Dorought. Sí, durante los años 90 se pusieron de moda las boy band, o sea, bandas de cinco chicos que te los vendían como tíos buenos, enseñaban sus pectorales y sabían bailar muy bien. Creo que la primera boy band fue The New Kids on the Block, después llegó Take That, más tarde, Backstreet Boys y después de estos, ya no me acuerdo del orden, pero aparecieron Five, N'Sync, Boyzone y unos cuantos más. Ahora los chicos que le gustan a las niñas son los Tokio Hotel, que no sé ni cuántos serán, pero aunque lo poco que he escuchado de ellos no parece música de boy band, sí que tienen algo que ver con ellas. El chico más deseado de la generación anterior a la mía fue Mark Owen, el de la mía fue Nick Carter, en la actualidad es el vocalista de Tokio Hotel... Conclusión: parece ser que cuando somos adolescentes, nos van las nenazas.
Yo los veía guapísimos. Daba igual que Nick Carter tuviera no sé cuántas espinillas en la cara (en su día se las conté), a mí me gustaba con todas ellas. Y así todos, menos A.J. que lo veía feo. Brian era para mi amiga Saray y Kevin, para mi amiga Rocío. A mí me gustaba Raúl (el del Real Madrid, que no es un sexto Backstreet Boy), pero tenía de repuesto a Howie y a Nick (hasta que Nick me lo quitó mi amiga Amparo). Tenía la esperanza de verlos alguna vez y por qué no, que ellos se enamorasen alguna vez de nosotras, ¡pues ninguno tenía novia! Sin embargo, en los videoclips salían con unas tías que eran modelos (menudo trauma era eso para mí) abrazaditos a ellas y haciendo verosímil el amor que mostraban en sus canciones. A nosotras nos hervía la sangre cada vez que los veíamos ligar con otras y yo bauticé a las chicas de sus vídeos como Las capullas. Hoy ya no veo guapos a los Backstreet Boys, pero sigo pensando que los creadores de esos videoclips ponían ahí a Las capullas para darnos envidia a las fans.
Entre mi época de fan de los Backstreet Boys y ahora, también hay una etapa intermedia. A los quince años escuché por primera vez a Melón Diesel, que al igual que Backstreet Boys, también era un quinteto, pero nada que ver en absoluto con una boy band. Una vez leí que Melón Diesel era un grupo para quinceañeras y pensé que eso era una barbaridad decirlo (y sigo pensando lo mismo). La música de los melones tenía algo especial que hasta ahora no he vuelto a escuchar en ningún grupo, no sé por qué pero me gustaba más que ninguna. Primero escuché "Contracorriente", pero luego al escuchar las demás canciones, me di cuenta de que Melón Diesel era mi grupo favorito, que había desbancado radicalmente a Backstreet Boys. Llegó un momento en que las revistas Bravo y Súper Pop me aburrían y entre eso y que ahora me gustaba un grupo donde ningún miembro iba de tío bueno y las canciones eran más rockeras, pensé que ya me había hecho mayor y casi tenía superada la edad del pavo. Sin embargo, me faltaba una cosilla para decir que por fin había dejado las chiquilladas atrás: me costaba reconocer que en su día me gustaron los Backstreet Boys, que veía guapo a Nick Carter y que era seguidora del fenómeno fan. Si comentaba mis anteriores gustos, lo hacía riéndome de mí misma y haciendo hincapié en que era una niñata y tenía el gusto en el culo. ¿Pero por qué decía eso? Por lo que he dicho antes: por la inmadurez.
Este lunes he cumplido 25 años y, como todos los años, me llaman mis amigas de Badajoz por teléfono. Como hace mucho que no nos vemos, siempre recordamos esos buenos momentos en los que nos sentábamos en el portal de Saray a hablar de los Backstreet Boys y yo sigo siendo esa friki que se sigue acordando del cumpleaños de cada uno e incluso de las anécdotas que ponían los capítulos de ellos que venían en Súper Pop. Hace mucho tiempo que dejó de ser mi grupo favorito (ese puesto lo sigue ocupando Melón Diesel), pero bueno: ¿qué hay de malo en haber pasado la edad del pavo? Sea como fuere, pasarla es ley de vida. Ya no me avergüenzo de decir que en su día fui fan de los Backstreet Boys. Es más, ahora mismo estoy escuchándolos en You Tube y reconozco que me siento melancólica, porque como dije en un libro (no escrito del todo), en una vida tan corta como la mía, lo que es prácticamente reciente o lo que parece que fue ayer es aquello que llena mi memoria de buenos recuerdos y aquello por lo que puedo sentir nostalgia. Diez o doce años no son nada históricamente hablando, pero sí que puedo decir que Backstreet Boys forman parte de una historia: la mía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario